jueves, 9 de octubre de 2014

GRASAS

Todos hemos oído hablar de que demasiada grasa en nuestra dieta es mala para nuestra salud. Sin embargo, no todas las grasas son malas. De hecho, hay grasa que es realmente buena para nosotros y es requerida por nuestro cuerpo para su correcto funcionamiento.

Algunas de las funciones que la grasa tiene en nuestro cuerpo incluyen: 
1.  Ayuda a nuestro cuerpo a producir hormonas.
2.  Aísla y protege nuestro cuerpo y los órganos internos.
3.  Mantiene la piel y el cabello sano.
4.  Regula la presión arterial.
5.  Ayuda a mejorar la función cerebral, especialmente en los niños.
6.  Nos proporciona energía.
7.  Reduce los niveles del colesterol malo.
8.  Alivia los síntomas del síndrome premenstrual y la menopausia.
9.   Reduce los riesgos contra enfermedades cardiacas y otros tipos de cáncer.
10. Ayuda para el transporte de algunas vitaminas a través de nuestro torrente sanguíneo.

No son la panacea si tu objetivo es bajar de peso porque, en algunos productos, los fabricantes están sustituyendo la grasa de los alimentos por azúcar. Otro factor a considerar: "El mensaje de 'bajo en grasas' puede interpretarse como una invitación a darse un atracón, sin pensar en las calorías", advierte la doctora Bonnie Taub, autora del libro "Read it before you Eat It". Está claro: aunque elijas un alimento bajo en calorías no puedes comer más de lo que harías con su versión entera.

Ten en cuenta también que si eliminas toda la grasa de tu dieta, también te perderás las grasas buenas que te ayudan en tu objetivo de perder una talla. Algunos estudios observan que una dieta rica en grasas monosaturasdas puede evitar la acumulación de grasa abdominal, una de las principales preocupaciones estéticas de las mujeres de cara al verano.
"La grasa es buena o mala según de dónde proceda", indica la nutricionista Lauren B.  "Si combinas grasas e hidratos de carbono en la misma comida mantendrás estables los niveles de azúcar en sangre y evitarás las tentaciones de picar entre horas", aconseja.

Reparte la ingesta combinada de grasas e hidratos de carbono a lo largo del día: una tostada integral con margarina por la mañana, ensalada aliñada con aceite de oliva para comer y un poco de guacamole con crudités a media tarde, por ejemplo.

LO QUE DEBES EVITAR

Hay un tipo de grasa que deberías considerar tu enemigo: las transartificiales (trans), que aumentan el colesterol malo (LDL) y bajan el bueno (HDL). A diferencia de otras grasas insaturadas, que suelen tener efectos beneficiosos para la salud, estas han sido alteradas químicamente con un proceso llamado hidrogenación para que los productos que las contienen (por ejemplo algunas galletas empaquetadas) sean más fáciles de vender porque se conservan mucho más tiempo en las tiendas. .

Desgraciadamente, las a veces enrevesadas leyes de etiquetado no ponen las cosas especialmente claras. Una pista: intenta mantenerte alejada de los alimentos en cuya lista de ingredientes figuren aceites hidrogenados o parcialmente hidrogenados.

Por último, recuerda en todos los casos controlar la medida de las raciones, incluso en el caso de las grasas buenas. 
La grasa de cualquier tipo contiene más del doble de calorías que las proteínas y los carbohidratos. "A menudo la gente come los alimentos correctos, pero en demasiada cantidad", señala la doctora Taub. El aceite de oliva es una de las causas de los problemas que detecta en sus clientes cuando se ponen a dieta. 240 ml de aceite tienen cerca de 2.000 calorías y es muy fácil pasarse de la ración aconsejada de dos cucharadas diarias si se usa a ojo.
 
Moraleja: en pequeñas dosis, la grasa es uno de tus mejores amigos de la dieta.



VEAMOS LA DIFERENCIA DE LAS GRASAS

 1Las grasas buenas.

Las grasas insaturadas son las que llamamos "grasas buenas", ya que ayudan a cuidar el corazón. Existen de 2 tipos: poliinsaturadas y monoinsaturadas.

** Las grasas poliinsaturadas se encuentran, por ejemplo, en:
1.  El pescado azul, como el salmón, las sardinas, el arenque, bonito o el atún (todos ellos ricos en omega 3).                                             
2.  Algunos aceites vegetales como el de girasol y soja.
3.  Las margarinas con alto contenido en grasa poliinsaturadas como Flora y Tulipán.

** Las grasas monoinsaturadas se encuentran, por ejem., en:
            1.  El aceite de oliva.
            2.  El aceite de nabina.
            3.  Algunos frutos secos, como las nueces de Brasil.
           4.  El aguacate.


2Grasas malas.

Las grasas saturadas y trans son las que llamamos "grasas malas". El exceso de grasas malas en la alimentación puede ser una de las principales causas de tener los niveles de colesterol elevados.


**Las grasas saturadas se encuentran, por ejemplo, en:
          1.  La mantequilla.
          2.  Las carnes grasas y embutidos.
          3.  Los quesos grasos.
          4.  La leche entera y derivados.

**Las grasas trans se encuentran, por ejemplo, en:
          1.  Las grasas lácteas y en la grasa de las carnes de rumiantes, como el vacuno.
          2.  Productos con grasas parcialmente hidrogenadas.

Las grasas trans resultan más nocivas para el organismo que las saturadas, ya que, no solo aumentan los niveles de colesterol malo (LDL), sino que también disminuyen los niveles de colesterol bueno (HDL).

3Cómo reducir el consumo de grasas saturadas.
  •  Sustituye la mantequilla por margarina o queso de untar.
  • Sustituye en tus aperitivos, las patatas, croquetas, chorizos por pavo, jamón, almendras, aceitunas o pepinillos. 
  • Mira el contenido de grasas saturadas en los envases, lo ideal es que tengan menos de tres gramos por ración.
  • Pásate a los lácteos desnatados o semi, elige quesos frescos o tiernos.
  • Sustituye las carnes grasas y salchichas por cortes magros, pescados y ave sin piel. 
  • Consume al menos 2 – 3 veces por semana pescado azul (salmón, sardinas, caballa,arenque, atún.)




jueves, 2 de octubre de 2014

6 NUTRIENTES.




A menudo, las dietas de las mujeres se quedan cortas en minerales esenciales y vitaminas. En parte porque las mujeres somos más propensas que los hombres a desarrollar trastornos alimenticios, además, la fisiología de una mujer puede hacer más difícil absorber algunos nutrientes y más fácil perderlos.
Este artículo presenta los 6 nutrientes esenciales que, con mayor frecuencia, son deficitarios en muchas mujeres, ya sea porque se pierden, porque no se consumen en cantidad suficiente, o ambas cosas.

El calcio

Algunas personas piensan que los huesos son algo duro y sin vida, sin embargo son un tejido vivo que evoluciona a lo largo de nuestra vida. Los huesos están formados por 3 componentes esenciales:
  • Colágeno: una proteína que da a los huesos una estructura flexible. El colágeno también interviene en la elasticidad de la piel.
  • Fosfato de calcio que es lo que hace que los huesos sean duros y fuertes.
  • Células óseas que retiran y remplazan las zonas de los huesos más débiles.
¿Por qué necesitamos calcio? El calcio es esencial en la formación y mantenimiento de los dientes y los huesos. Además ayuda a mantener la presión arterial normal y puede proteger contra el cáncer de colon. También es necesario para la contracción muscular (corazón) e interviene en el correcto funcionamiento del sistema nervioso. El calcio disminuye los efectos del síndrome premenstrual.
Cada día perdemos calcio a través de la piel, las uñas, el pelo, el sudor, la orina y las heces, sin embargo, nuestro organismo no es capaz de generar calcio por sí solo. Al llegar a la menopausia, el riesgo de pérdida ósea aumenta con la disminución de los niveles de estrógeno, una hormona que ayuda a mantener el calcio en los huesos.

¿Cuánto calcio necesitamos? 800-1.000 mg al día para las mujeres en edad fértil; 1.200 mg-1.300 mg al día después de la menopausia.
Déficit de calcio.  Más de tres de cada cuatro mujeres no obtienen la cantidad recomendada de calcio, según la OMS y el Instituto Nacional de la Salud de EE.UU. La cantidad de calcio que se absorbe se puede verse afectada por la edad, el embarazo, la cantidad de vitamina D que se consume, la falta de ejercicio, enfermedades intestinales que provocan la malabsorción de nutrientes, como la enfermedad de Crohn, una dieta desequilibrada. La alimentación durante la infancia y la adolescencia son fundamentales para la salud ósea el resto de nuestra vida. Una dieta libre de lácteos debe estar bien adaptada para no sufrir déficit de este mineral indispensable.
¿Cómo conseguir el calcio que necesitamos? En una dieta sin lácteos es importante consumir mucha fruta y verduras, así como otros alimentos ricos en calcio, como la col rizada, los frutos secos, almendras, higos secos, las sardinas en lata con sus espinas, y alimentos fortificados con calcio, como cereales para el desayuno o bebidas vegetales. Tomar el sol es fundamental para sintetizar el calcio. Ejercicio regular, como la práctica de yoga, hacer pesas, y caminar a paso ligero evita la pérdida de calcio. También es importante evitar todos aquellas sustancias que favorecen la pérdida de calcio (café, té, alcohol, refrescos tipo cola, sal, consumo elevado de proteínas animales). Tomar suplementos de calcio y de vitamina D bajo control médico.

La vitamina D

¿Por qué necesitamos vitamina D? La vitamina D ayuda nuestro organismo a mantener niveles normales de calcio y fósforo en la sangre y ayuda a formar y mantener nuestros  huesos fuertes. También puede ayudar a mantener un sistema inmunológico saludable y al crecimiento y desarrollo de células sanas. Ayuda a prevenir el raquitismo, una enfermedad que debilita los huesos en los niños. También existen evidencias de que la vitamina D puede ayudar a prevenir las caídas al mejorar la fuerza muscular.
¿Cuánta vitamina D necesitamos? 600 UI al día para las mujeres hasta los 70 años, y 800 UI para los 71 años y más. Para las mujeres embarazadas y lactantes, se recomienda 600 UI diarias. Equivalente a unos 10 minutos diarios de exposición al sol.
Déficit de vitamina D. La principal fuente de vitamina D es tu propio cuerpo, nuestro organismo produce vitamina D cuando la piel está expuesta a los rayos ultravioletas del sol. Pero obtener la vitamina D que necesitamos de esta manera puede ser difícil para algunas mujeres, depende geográficamente del lugar donde viven y de sus condiciones de vida. Las personas mayores de 50 años no producen vitamina D de forma tan eficiente que los jóvenes. Las personas que viven en climas fríos pueden no tener suficiente exposición al sol, especialmente durante los meses de invierno. Las personas que no pasan tiempo al aire libre no son capaces de producir la vitamina D necesarios. El protector solar bloquea los rayos ultravioleta que pueden dañar la piel, pero estos mismos rayos son los que el cuerpo necesita para producir la vitamina D.
¿Cómo recargar las baterías de vitamina D?  A pesar de la importancia de tomar el sol para sintetizar la vitamina D, la exposición de la piel a la luz solar no debe hacerse durante las horas de máxima insolación. Diez minutos diarios de exposición al sol a última hora de la tarde o a primera hora de la mañana podrían ser suficientes. Los huevos, el salmón y las vísceras contienen vitamina D. Tu médico puede prescribirte un suplemento de vitamina D, que suele ser una especie de aceite a ingerir de forma regular. Algunas personas empiezan a tomar suplementos de vitamina D en la adolescencia y continúan durante toda su vida.

El hierro

¿Por qué necesitamos hierro? El hierro ayuda a la sangre a trasportar el oxígeno por todo el cuerpo.
¿Cuánto hierro necesitamos? 18 mg al día para las mujeres que menstrúan, 27 mg al día para las mujeres embarazadas; 9 mg al día para las mujeres que estén dando el pecho, y 8 días mg para las mujeres después de la menopausia.
Déficit de hierro: Si tu dieta es baja en hierro o no lo absorbe correctamente, si tiene pérdidas importantes durante la menstruación, si está embarazada, puede sufrir una anemia ferropénica, lo que te hará sentirte cansada y deprimida sin una razón aparente. La deficiencia de hierro se desarrolla gradualmente. El hierro hemo, el que proviene de la carne, se absorbe de manera eficiente. Sin embargo el hierro no-hemo, que se encuentra en el arroz, maíz, frijoles negros, judías de soja o trigo, no se absorbe por completo. La absorción de este tipo de hierro también se ve afectada por otros alimentos en la dieta.
Por otro lado, el exceso de hierro puede conllevar trastornos graves, dañar al hígado, los riñones y provocar incluso la muerte.

Los niveles de hierro también pueden bajar si:
  • No comes alimentos ricos en hierro. Los alimentos vegetales que contienen hierro (como lentejas o frijoles), o carne roja, pescado o aves.
  • El uso de aspirinas puede provocar hemorragias microscópicas en el tracto gastrointestinal.
  • La falta de vitamina A, ya que esta vitamina ayuda a nuestro organismo a usar el hierro almacenado.
  • Cuando se padece insuficiencia renal ya que los riñones producen una hormona llamada eritropoyetina que es necesaria para que los glóbulos rojos.
¿Cómo conseguir el hierro que necesitamos? La mejor forma de absorber el hierro es consumiendo carne, ave o pescado. Si eres vegetariana, la fuente puede ser la col rizada, pasas, albaricoques secos, nueces, zumo de uva negra, espinacas, lentejas, cereales con melaza. Para aumentar su absorción es importante combinar los alimentos ricos en hierro con alimentos que tengan vitamina C, como la naranja. Nunca tome suplementos de hierro sin receta médica.

Los folatos – ácido fólico.

¿Por qué necesitamos los folatos o el ácido fólico? El folato es un tipo de vitamina B soluble en agua. Ayuda al organismo a crear células nuevas. Es muy importante para las mujeres en edad fértil.
¿Cuántos folatos necesitamos? 400 microgramos al día, 500 microgramos al día para las mujeres que están embarazadas, 600 microgramos al día para las mujeres que están amamantando.
Déficit de folatos. Aunque muchos alimentos están fortificados con ácido fólico, ciertas condiciones médicas y medicamentos pueden aumentar la necesidad de esta vitamina B. El folato es la forma de esta vitamina que se encuentra naturalmente en los alimentos. Se llama ácido fólico a su forma como suplementos dietéticos y alimentos enriquecidos. Las condiciones médicas que aumentan la necesidad de folato incluyen el embarazo y la lactancia, el abuso del alcohol, la diálisis renal, enfermedad hepática, y la anemia. El ácido fólico es esencial durante el embarazo para prevenir defectos congénitos en el cerebro y la columna vertebral del bebé. Los medicamentos que interfieren con el folato incluyen medicamentos para tratar la epilepsia, la diabetes, la colitis y la artritis reumatoide. Los barbitúricos también pueden interferir con el folato.
¿Cómo conseguir los folatos que necesitamos? Los alimentos de color verde oscuro proporcionan la mayor cantidad de ácido fólico. Una taza de espinaca cocida proporciona alrededor de 200 microgramos. Otros alimentos ricos en esta vitamina B incluyen las judías blancas, naranjas y cereales fortificados. Consulta a tu médico acerca de cualquier tipo de suplemento.

La vitamina C (ácido ascórbico).

¿Por qué necesitamos vitamina C? La vitamina C tiene múltiples beneficios para nuestro organismo. Ayuda a fortalecer los vasos sanguíneos y las encías, a aumentar nuestras defensas naturales. A prevenir las cataratas, a mejorar el funcionamiento de la vesícula y a prevenir infecciones de la vejiga. Ayuda a prevenir los resfriados reforzando nuestras defensas naturales. La vitamina C también ayuda a combatir el estrés físico y mental, la depresión, la fatiga y el síndrome de falta de atención. También es importante para retrasar el envejecimiento de los tejidos.
¿Cuánta vitamina C necesitamos? 75 mg por día; 85 mg al día para las mujeres embarazadas; 120 mg por día para las mujeres que están amamantando, y un adicional de 35 mg al día para los fumadores.
Déficit de vitamina C. Muchas mujeres consumen pocas frutas y verduras frescas.
¿Cómo conseguir la vitamina C que necesitamos? La vitamina C debe consumirse a lo largo del día en varias raciones de frutas o zumos recién exprimidos. Papaya, cítricos y kiwi son las mejores fuentes. También se puede beber agua con zumo de ¼ de limón recién exprimido. Consumir verduras crudas en ensaladas, brócoli y pimiento, ricos en vitamina C.

El magnesio.

¿Por qué necesitamos magnesio? El magnesio ayuda a producir la energía en las células, a mantener los músculos y los nervios, el ritmo del corazón, mantener su sistema inmunológico saludable, también a formar los huesos. Regula la presión arterial y el azúcar en la sangre.
¿Cuánto magnesio necesitamos? Todos los días, las mujeres necesitamos 310 a 320 mg; 350 a 360 mg en caso de embarazo.
Déficit de magnesio. Muchas mujeres sufren de falta de este mineral y eso influye negativamente en la salud de los huesos. Una dieta inadecuada, poca agua y el consumo excesivo de alimentos procesados, ricos en sal y grasas, agudizan el problema.
¿Cómo conseguir el magnesio que necesitamos? Favorece una dieta con cereales integrales, productos frescos, cacao, verduras de hoja verde, frutos secos. Bebe agua rica en magnesio. Si te sientes a menudo cansada habla con tu médico, quizás una cura de complementos de magnesio dos meses al año, en primavera y otoño te pueda ayudar.